Torres más altas han caído. Dos premisas que derribar para levantar el vuelo de tu organización.

Al igual que en una visión estratégica de negocio maximizarías líneas y procesos para optimizar rentabilidad antes de ampliar con nuevos servicios o productos, con el talento sucede lo mismo. La estrategia menos costosa es la misma. ¿Está tu empresa siendo estratega con el activo con el que puede generar la mayor ventaja competitiva?

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Talento. Kainova

Dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo.

En Kainova, con el talento, nos pasa un poco de eso.

Y es que son ya muchos años estudiando, probando, analizando, confirmando… que detrás de todo éxito sostenible en el tiempo, está el talento.

Y son también muchos años confirmando que, a pesar de las evidencias, el talento es por lo general incomprendido y ninguneado.

Que esto suceda no es debido a una voluntad consciente por parte de alguien. Es sólo que hemos crecido sin comprender lo que es el talento, su valor, o las posibilidades que nos otorga.

Nuestra herencia cultural ha logrado que incluso nuestros propios talentos se conviertan en auténticos desconocidos para nosotros mismos.

Todo parte de dos premisas que traemos de serie:

Una, el talento, como concepto, no se comprende con claridad.

Y dos, no confiamos en que el talento – al igual que el amor en la famosa canción – “está por todas partes”.

Puesto que todo propósito, objetivo o proyecto en las organizaciones nace, crece y muere en las personas – y por tanto en su talento – es necesario desmontar ambas premisas limitantes.

Ésta será la única forma en que logremos que propósito, objetivos y proyectos sean un éxito.

Necesitamos permitir e incentivar que brille el activo esencial que precisamos a full, el talento.

Y dónde digo “activo” te digo “recurso” y te digo “Tesoro”.

Aclaremos, pues, lo importante sobre este Tesoro que es el talento de las personas.

En Google, la palabra “Talento” tiene 156MM de entradas

No sólo eso, existen además 29.300.000 resultados en noticias y más de 22MM de vídeos.

Está claro que el tema interesa.

En una búsqueda rápida descubrimos que, por lo menos desde el 2008, se está hablando en la red sobre esto.

De acuerdo, hablarse se habla. Y se lee.

Pero la realidad es que no acaba de comprenderse.

En el mismo buscador, encontramos la siguiente definición del término:

Especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad.

Para las empresas y organizaciones, lo interesante de esta descripción es la parte en que dice:

aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad.

Y lo es porque, al fin y al cabo, aprender con facilidad reduce la curva de aprendizaje por la que todas y cada una de las personas pasamos al abordar una nueva tarea.

Reducir esta curva implica que en poco tiempo eres capaz de realizar una actividad que desconocías.

Por otro lado, ser habilidoso en una actividad es lograr rápidamente un resultado exitoso de esa actividad.

Así pues, podemos concluir que a través del talento obtenemos un resultado exitoso logrado en poco tiempo, aunque la actividad sea nueva.

¿Quién no soñaría con revivir esta situación una y otra vez?

¿Quién no lo necesita en un contexto en que lo nuevo y diferente se presenta a diario en distintos formatos y perspectivas?

El talento no es sólo un activo real sin cuenta en el balance de la empresa. Aunque no disponga de valor contable, el talento es el punto de partida para afrontar el mundo al que vamos.

Precisemos: el mundo en el que estamos.

Al mirarlo desde esta perspectiva, ¿puedes ver cómo supone una ventaja competitiva en toda norma?

El problema con el talento, y de ahí la confusión en la que colectivamente nos encontramos, es que hemos entendido que el talento es solamente esa primera parte de la descripción en la que se dice que es una “Especial capacidad intelectual”.

No es que sea falso. Es que no es “sólo” eso.

Esto es también cierto, pero se da en un porcentaje muy reducido de personas.

Aceptado e integrado el concepto en toda su extensión, el talento puede ser descubierto y despertado en cualquier persona. Lo que supone que toda organización es susceptible de desarrollar esa ventaja competitiva.

Una ventaja competitiva que, por su propia naturaleza, será inigualable y además, tendrá el potencial de crecer ilimitadamente, siempre que la empresa invierta en ella.

En nuestro contexto actual, apostar por el talento es apostar por generar una GRAN ventaja competitiva inimitable.

Otras organizaciones podrán desarrollar su propio talento y su propia ventaja, pero nunca tendrán las mismas personas y capacidades que podáis reunir y desarrollar en tu organización.

Puesto que una empresa es lo que el equipo humano aporta con su talento, ¿qué te parece afianzar la competitividad de tu organización en un equipo humano que aprende rápido y desarrolla su habilidad al máximo, cada persona la suya y entre todos, todas o casi todas?.

Para nosotros, es una garantía segura de sostenibilidad de la organización en el tiempo y de crecimiento del negocio.

Blanco y en botella, vaya.

Imagina a todas las personas de tu organización o equipo, sin excepción, elevando sus habilidades a su máxima expresión y trabajando colaborativamente entre ellas sumando talentos.

Sabemos, porque lo hemos constatado con nuestros clientes, que cuando eso sucede se dispara la energía, la implicación y como consecuencia, con las herramientas adecuadas, la productividad.

A eso le llamamos talento en ebullición.

Lo más fascinante de ello es que al alcanzar ese punto, las personas quieren seguir aprendiendo y desarrollando sus habilidades.

Por eso hablamos de crecimiento del talento ilimitado.

Sucede porque la empresa ha invertido en el Talento.

La inversión en Talento en estos momentos es la mejor inversión que las empresas pueden hacer para transformar conocimiento y experiencia en la habilidad que destaca y hace brillar a cada una de las personas.

La inversión en Talento es la mejor inversión que las empresas pueden hacer para que los frutos de las acciones de esas personas que brillan, sean brillantes.

Pero una cosa.

Cuando decimos “invierte en talento” no estamos hablando de salir al mercado a “contratar talento”.

Con esto sucede como con la descripción anterior. No te quedes sólo con una parte de la historia.

Contratar talento, sí, si es necesario hacerlo.

Pero antes de salir fuera, da por hecho que en tu organización existen toneladas de talento aburrido, dormido, desperdiciado… que, sin saberlo, hierve por ser activado y brillar a pleno rendimiento.

Al igual que en una visión estratégica de negocio maximizarías líneas y procesos para optimizar rentabilidad antes de ampliar con nuevos servicios o productos, con el talento sucede lo mismo.

La estrategia menos costosa, económica y energéticamente, es la misma.

Primero, maximiza y rentabiliza el conocimiento, habilidades y experiencia actual incrementando así la productividad.

O lo que es lo mismo, despierta y haz crecer el talento actual. El incremento de productividad se disparará solo, lo vemos a diario con nuestros clientes.

Con ese incremento de rentabilidad y productividad el negocio dispondrá ahora de los recursos tiempo, talento y motivación, para innovar y experimentar con otros servicios o nuevas líneas de negocio sin que el negocio sufra.

Con las mismas personas y tiempo del que disponéis, ahora podréis añadir valor y diferenciación a vuestros productos o servicios, incorporar nuevas actividades, proyectos o ideas sin desgastar al equipo y reduciendo costes, pues no tienes la necesidad de incrementar el equipo.

Como consecuencia directa, observaréis la mejora de vuestros resultados.

Puede que en este momento el cuerpo te esté pidiendo a gritos una prueba que corrobore lo dicho.

Aquí la tienes: como resultado de uno de nuestros últimos proyectos de 2022, el cliente registró un incremento de capacidad productiva de 10.023 horas, en un equipo de 59 personas.

Dicho de otro modo, cada persona de este equipo incrementó una media de 170 horas, lo que equivale a decir que cada persona ganó más de un mes extra de tiempo para mejorar e innovar en servicios, procesos de venta, para explorar…

¿Te imaginas el salto cualitativo y cuantitativo si ese tiempo y nueva eficiencia está dirigido por un líder disruptivo capaz de maximizar el salto?… Pero no nos liemos, eso es harina de otro costal…

Lo importante ahora es: maximiza los talentos de las personas de tu organización y equipo y dispondrás del tiempo necesario para innovar, incorporar nuevos proyectos, abrir nuevas vías de negocio.

Si llegado a este punto te frena el invertir en talento el creer que la innovación no es algo que vaya con vuestro perfil o sector, mira esta frase de Jeff Immelt, expresidente del consejo y exdirector ejecutivo de General Electric:

Nadie quiere trabajar en una empresa anticuada. Nadie quiere comprar productos de una empresa anticuada. Nadie quiere invertir en una empresa anticuada.

El problema de Confiar en el talento

Lo he dicho antes: invertir en Talento es una apuesta segura.

Sólo tienes que saber cómo hacerlo.

Sólo eso y creer en las personas y su talento.

Pero, ¿recuerdas la segunda premisa que limita el potencial de las organizaciones y que he mencionado al principio?

Te decía: no confiamos en que el talento “está por todas partes”.

Puede que echando un vistazo rápido a las personas que te rodean pienses que esta gente de Kainova, tan convencidos de que el talento existe en todas las personas, deberían ir a conocer a algunas de las que trabajan contigo, que probablemente cambiaríamos de opinión.

¡Nos apuntamos cuando quieras! No tenemos ninguna duda de que sabiendo cómo hacerlo, brotarían talentos que os dejarían a cuadros. Porque la experiencia es lo que nos ha mostrado una y otra vez.

Confiar en el talento no es un problema. Más bien, es una dificultad muy muy extendida.

Ernest Hemingway tiene una frase que dice:

La mejor forma de saber si puedes confiar en alguien es confiar en ellos.

Eso es lo que pasa con el talento: dale el espacio y el contexto para aparecer y crecer, y descubrirá su propia forma, haciéndose tangible, evidente y beneficioso para todos.

Esa forma y tangibilidad es lo que a priori no vemos. Y al no ver, no confiamos en que esté.

Pero está.

En una entrevista en la revista Equipos&Talento, Oriol Segarra, CEO de Uriach (2022), opina como nosotros y dice:

El talento es infinito, todas las organizaciones tienen una reserva infinita de talento porque sólo usan una pequeña parte del talento de las personas que colaboran en ellas. Por tanto, no hay que enfocarse a la guerra sino al desarrollo del talento: construir un entorno que libere y haga explotar el infinito talento que tenemos escondido.


Caídas las premisas, ¿ahora qué?

En el tema del talento hay algo que no es tan evidente. Y esto es el cómo hacer surgir ese talento.

Por eso es importante contar con profesionales expertos en hacerlo.

Para crear el contexto que permita emerger y desarrollar los talentos hay que conocer bien los botones que tocar, cómo y cuándo hacerlo.

Y muy importante, hacerlo estableciendo las bases que no se limiten a hacer brillar a los talentos, sino que articulen el sistema que jamás pierda de vista que lo que tenemos entre manos es un negocio.

Talento, sí. Brillar, por supuesto. Pero sin olvidar que estamos en una empresa que debe ser eficiente y rentable.

Este es el binomio clave: Talento-Rentabilidad.

Porque te mantiene en la rueda de retroalimentación positiva necesaria para avanzar, mejorar y crecer, como profesionales y como organización.

¿Y acaso, en definitiva, no se trata al final del día de haber mejorado y crecido disfrutando?

Andrea Jung, CEO de Avon Products, Inc. decía que el talento es la prioridad número uno para un CEO, que antes de tener una visión y una estrategia debes tener a la gente correcta.

Así de importante es el papel de las personas con las que sacas adelante unos proyectos, unos objetivos, una organización.

Y así de importante es entender que esas personas podrán aportar tanto como el contexto en el que se encuentren les permita.

Si las personas no brillan y aportan más, no es porque no puedan o quieran, normalmente es porque no saben cómo hacerlo.

Si piensas en tu organización, ¿cuántas personas no están brillando? ¿qué parte de esa falta de brillo es responsabilidad de un contexto limitante?

Y una última pregunta para reflexionar:

¿Qué pasaría con vuestros resultados, bienestar y perspectivas de futuro, si en lugar de cerrar todas las puertas, el contexto las abriera?

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¿Pensaste alguna vez que tu empresa viviría una metamorfosis para ser capaz de fluir con solvencia en un contexto incierto y cambiante?

Tú pones las personas y nosotros revolucionamos su talento

Será por la experiencia y porque nos chifla lo que hacemos que nuestro sistema comprobado para despertar y desarrollar talentos funciona de verdad, disparando la productividad de las empresas durante y después de nuestro paso por ellas.

Si quieres que te expliquemos cómo funciona y cómo sería para el caso de tu organización será un placer hablar contigo.

 

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Los 5 enemigos que aniquilarán tu empresa

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