A medida que avanza el tiempo vamos constatando y dimensionando la hipercomplejidad de nuestro contexto empresarial. Un contexto que está poniendo a prueba a las empresas y está estresando al equipo humano. Aunque hemos asumido que las empresas han de ser ágiles, flexibles e innovadoras, del dicho al hecho, al parecer, hay un largo recorrido.
Una transición que se espera finalice en algún momento, y en cambio, los diversos desafíos simultáneos, tanto internos como externos, ponen de manifiesto que no hay fin, sino que estamos en un cambio de paradigma.
Un cambio de paradigma que nos lleva a un replanteamiento y rediseño de todo lo relacionado con la empresa. A cuestionar el modelo de negocio, la estructura organizativa, las capacidades y habilidades de los profesionales, la forma de comunicarnos, relacionarnos y de cooperación. Un cambio de paradigma en el que se vislumbra un futuro incierto, del que lo único que conoces es que reinventarse innovando es la clave para perdurar en el mercado.
Un cambio de paradigma agudizado por la escasez de talento en determinados perfiles altamente demandados y cuando la empresa tiene la necesidad imperiosa de reducir, a golpe de contratación, la brecha entre el equipo humano actual y el que necesita.
¿Cómo conectar talento y organización?
Ante este cambio de paradigma empresarial, apostar por acompañar al equipo humano a acelerar la comprensión de que la organización ha de ser ágil, flexible e innovadora es el puente para lograr ese talento y no depender de la caza de un talento escaso cuya permanencia, aunque lo consigas, nadie te garantiza en estos momentos.
Existen dos armas poderosas para construir un equipo humano talentoso que se involucre, implique y quiera contribuir a crear esa cultura innovadora que permita alcanzar los retos, sortear los desafíos con éxito y estar a la vanguardia en el mercado: la comunicación y la confianza.
La comunicación
Nuestra primera arma, la comunicación, será el medio con el que hacer extensiva al equipo humano la información de un contexto empresarial complejo y abrumador que una gran mayoría desconocen. El desconocimiento solo aporta malestar, pérdida de credibilidad de la empresa y desvinculación emocional.
Es por este motivo que la comunicación se pronuncia como una vía infalible para reconquistar al equipo humano, ayudándoles a comprender la necesidad de los cambios actuales y futuros.
- Una comunicación abierta que exponga los motivos de la situación, que eleve la sensibilidad de las personas hacia el proceso de transición necesario para reinventarse y crear un contexto que facilite la innovación constante.
- Una comunicación clara sobre el propósito de la organización que responda a las preocupaciones sociales. Una comunicación que reconozca el valor que aporta cada miembro del equipo humano. Una comunicación transparente en las dificultades, en los aciertos, en los fracasos y en los logros.
- Una comunicación con la que los profesionales entiendan las necesidades de su función y la interrelación con el resto de los profesionales para alcanzar un mismo propósito. Una comunicación que les haga comprender, valorar y darle sentido a su actividad profesional, generando así una automotivación que facilite el despliegue generoso de su talento.
La confianza
La confianza, nuestra segunda arma para construir un equipo humano talentoso, se construye con la coherencia entre la comunicación y las acciones.
La responsabilidad de tejer esa cultura de confianza recae, en primera instancia, en los líderes. Entendiendo por líder, cualquier profesional responsable de liderar una idea, un proyecto, un equipo. Y entendiendo, además, que el cambio de paradigma afecta de lleno al estilo de liderazgo, siendo necesario un estilo nuevo y disruptivo que se aleja del jerárquico para abrazar la innovación.
Líderes que confían en su talento y confían en el talento de los profesionales con los que interactúan, sean o no de su equipo. Líderes que valoran el poder de la inteligencia colectiva en acción. Líderes que se responsabilizan de conocer las capacidades de los profesionales y, sobre todo, de captar su potencial. Un potencial que aflorar y potenciar continuamente pues hacerlo es un beneficio para la persona, para sus compañeros/as y para la organización.
Un liderazgo disruptivo, renovado para construir una empresa robusta, versátil e innovadora
Confiar en el talento, empoderarlo y acompañarlo como su guía, su entrenador para que desplieguen todo su potencial, será la forma de lograr su confianza y que sus destrezas las ponga al servicio del propósito.
La comunicación y la confianza son clave para lograr poner el talento en acción con entusiasmo y colaborando generosamente, creando una cultura donde todos los profesionales salen beneficiados y la empresa afronta el futuro con un equipo invencible.
Recordemos que la unión hace la fuerza. Un equipo comprometido con un propósito es una fuerza imbatible.
Vía: Canal CEO