Jueves, 10 de la mañana. Estamos reunidas en nuestra zoom-oficina.
Es un bonito día de abril en el que modelamos ideas y reflexionamos sobre temas interesantes que compartir en nuestras newsletters.
Algo de lo que no habíamos hablado antes, surge en el equipo:
– Carme, ¿tú crees que estamos transmitiendo bien a quien nos lee, cuál es ese «más allá» que se alcanza cuando se es más ágil, más líquido, cuando predomina el liderazgo disruptivo en las organizaciones?
Sí, está claro que garantizar los aumentos de rentabilidad y competitividad que permiten a las organizaciones pervivir y continuar creciendo es un “para qué” muy potente… pero nosotros sabemos que hay más, y que ese “más” trasciende los límites de la propia organización.
– Es una buena pregunta… hagámoslo, hablemos esta vez “del más allá de la empresa líquida”.
Atraes lo que generas
No. No nos hemos puesto esotéricos ni vamos a hablar de la famosa ley de la atracción.
Sucede que cuando una organización recorre el camino que va de lo que llamamos el “letargo del talento” a la actividad en una estructura líquida, el mundo, desde el rincón del planeta en que se encuentra esa empresa, empieza a cambiar.
Y es un cambio para BIEN (en mayúsculas).
Se observa que cuando el cambio se inicia, las personas que lo protagonizan empiezan una transformación que conduce a una experiencia profesional que trasciende a lo personal y viceversa. Y después, supera los límites físicos y mentales de la propia empresa.
Esta transformación es la que repercute directamente en la mejora de los resultados de la empresa, y se sostiene sobre 4 pilares que se construyen y asientan a medida que la dinámica líquida se consolida como sistema organizacional.
Estos 4 pilares son:
- Vivir en el talento y la excelencia
- Vivir desde el crecimiento continuo
- Vivir expandiendo tu talento
- Vivir desde la satisfacción personal, obteniendo tranquilidad y un estado emocional positivo.
De todo esto, se deriva una consecuencia directa. Y es que la naturaleza, el mundo, el universo, son reactivos. Aquello que generas, provoca una reacción en tu entorno que depende de la esencia de tu emisión.
El talento atrae talento. La excelencia atrae excelencia. Y así, con todo.
El crecimiento, también lleva a más crecimiento: personal, profesional, organizacional… y social.
Por eso, las organizaciones podemos mejorar el mundo. No solo desde nuestros servicios y productos, también desde nuestra forma de hacer y ser.
El mundo, para construirse de la expresión del talento de las personas, mejorar continuamente y ganar en felicidad, necesita de más organizaciones que sean y tengan formas de hacer: líquidas.
Pero vayamos por partes.
Veamos cada uno de los 4 pilares de esta experiencia de transformación.
Vivir en el talento y la excelencia
Recuerdo con mucha gratitud épocas en mi trayectoria profesional rodeada de personas mucho más inteligentes que yo.
Eso me obligaba a realizar un esfuerzo adicional para lograr estar en ese equipo: pensar más, reflexionar más, buscar argumentos, comprender lo que sucedía de forma más profunda y no superficial…
Ahí aprendí que las personas que te rodean profesionalmente pueden sacar lo mejor de ti, y que existe un estímulo generado por ellas que puedes aprovechar para lograr avanzar en áreas en las que quizás no lo hubieras hecho por ti misma.
De la misma forma, tuve épocas en que mi entorno era tan mediocre que me encontraba con la situación de dejarme llevar y ser una mediocre más.
O la alternativa pasaba por salir de allí para poder seguir avanzando.
Claramente, el entorno influye, directa o indirectamente, en tu progreso profesional, y en el de aquellos que trabajan junto a ti.
El contexto que se genera en un equipo, departamento o empresa, invita o no, a que sus profesionales avancen continuamente.
Por eso, si quieres vivir en el talento y la excelencia, genera el contexto que lo atraiga.
La empresa líquida es ese contexto con el que lograrlo. Porque su punto de partida es el despertar, desarrollo y crecimiento continuo del talento.
En realidad, es como su piedra filosofal, al construirse sobre los mecanismos necesarios para convertir el talento dormido en talento brillante que mejora con la experiencia del día a día.
Existe un camino claro: del despertar del talento y su mejora sostenida, a la excelencia.
La empresa líquida es un camino para que los profesionales sean excelentes.
La empresa líquida es un camino para que la empresa sea excelente.
Lo hemos dicho antes: El talento atrae talento. La excelencia atrae excelencia.
Vivir desde el Crecimiento continuo
El esfuerzo en este modelo organizacional se centra en estar en continuo movimiento, de forma consciente, con unas dinámicas que generan aprendizaje y capacidad de autocrítica, absorbiendo ideas de otros profesionales con disciplinas diversas, casi antagónicas a las que conoces.
De este modo te lleva:
- a ampliar la mirada,
- a ser más flexible,
- a comprender con mayor criterio,
- a pensar en conjunto
- y a visionar a futuro.
En tu horizonte personal, eres una persona permeable con criterio, con perspectiva y que puede permitirse evaluar desde distintos prismas.
Esta es la visión de la empresa líquida para cada una de sus personas.
Cada uno es consciente y maneja su propio liderazgo.
Se trata de lograr que la capacidad de adaptación de cada persona cada vez sea mayor, al igual que su contribución.
Gracias a esa flexibilidad, ante propuestas:
- aprendes a escuchar más que a buscar tener la razón
- aprendes a preguntar para ampliar información
- aprendes a observar para contribuir
- logras que se consideren posibilidades no previstas en ese momento
- enriqueces el resultado
Con estas acciones en todo momento, estás expandiendo tu talento.
Vivir expandiendo tu Talento
El propio contexto en el que te desenvuelves ahora, en tu empresa líquida, te aleja de la mediocridad, de cerrarte sólo a tus conocimientos. Impide que te aísles y pienses que sólo tú sabes de lo tuyo.
Ya no quieres rodearte solo de personas que son similares a ti.
Está claro que eso, sólo empobrece tu perspectiva.
La empresa líquida vela porque convivas en un entorno donde todas las personas modelan ese comportamiento abierto a la escucha, al aprendizaje, a la mejora continua, diverso y enriquecido, por lo que se produce en ella una efervescencia de ideas, conversaciones con destino común y un compartir objetivos más allá del estricto a la propia posición en la organización.
Es por ello que las personas que están en una empresa líquida fluyen y avanzan, sin parar, en el desarrollo de sus capacidades. Mejoran y adquieren habilidades, conocimientos y experiencias que les facilitan estar en constante superación.
Esa forma de estar la trasladarán a su vida cotidiana, porque se convertirá en parte de su forma de ser contribuyendo, al igual que en su trabajo, en su vida y relación con otras personas, influyendo, además, en expandir el talento de los que les rodean.
Vivir desde la satisfacción personal, obteniendo tranquilidad y un estado emocional positivo
¿Qué sucede cuando sales de tu actividad profesional en ese estado?
Si disfrutas en tu trabajo y sientes que contribuyes, existe un bienestar personal que genera satisfacción.
La satisfacción personal aporta tranquilidad y un estado emocional positivo.
Al igual que cuando estamos preocupados y molestos en el trabajo, es prácticamente imposible dejar ese estado en la puerta de la oficina, lo mismo sucede con un estado de satisfacción.
En la empresa líquida, la satisfacción personal es enmarcada dentro de lo que Mihaly Csikszentmihalyi llamó la “Zona de Flow”, que en síntesis, es la zona en la que brillas y disfrutas porque tus capacidades y el nivel de exigencia de los retos te permiten mejorar y crecer.
En la medida en que tus capacidades mejoran, mayores retos puedes asumir y más cerca de tu visión te encuentras. Lo que sucede cuando estás en esta zona es que te conviertes en una persona con más entusiasmo, más seguridad, que disfruta más y más satisfacción siente.
…pero nosotros sabemos que hay más, y que ese “más” trasciende los límites de la propia organización.
Decíamos al principio que las organizaciones podemos mejorar el mundo. No solo desde nuestros servicios y productos, también desde nuestra forma de hacer y ser.
En Kainova imaginamos que si cada persona viviera su experiencia diaria profesional desde estos cuatro pilares, y estuviera el máximo de tiempo en su zona de flow, seríamos una sociedad:
- rica en talento y bienestar
- donde las relaciones interpersonales aportarían satisfacción personal y contribuirían a hacer brillar a las personas del entorno
- donde los problemas serían retos que nos invitan a desarrollar nuestro talento en un ambiente de máxima cooperación.
¿Imaginas una sociedad en estado de flow?
Nosotros, sí.