Aún no han redactado su primer currículum ni pisado una oficina. Y, sin embargo, ya están redefiniendo el futuro de tu empresa.
Hablamos de la Generación Beta: los nacidos a partir de 2025. La primera generación completamente criada en un entorno de inteligencia artificial generalizada, automatización avanzada, realidades inmersivas y educación hiperpersonalizada. ¿Lejos en el tiempo? Nada de eso. En 20 años estarán llamando a la puerta de tu empresa. Y si no empiezas a prepararte hoy, puede que para entonces ya no tengas ni puerta que abrir.
La Generación Beta no será simplemente “más digital”. Serán nativos de un mundo completamente reconfigurado. Nacerán en hogares donde la IA no solo resuelve tareas, sino que participa en decisiones. Se educarán en entornos gamificados, donde el aprendizaje será por proyectos, no por exámenes. Su socialización será híbrida desde la cuna. Y crecerán con una conciencia global, ecológica y ética mucho más integrada que cualquier otra generación anterior.
Será la primera generación en evolución permanente. Por tanto, adoptará de forma natural que las soluciones se testean, se corrigen, se relanzan, en lugar de buscar verdades absolutas. Crecerán en un contexto en el que la velocidad y el “todo cambia” serán su hábitat natural. Su mentalidad estará más cerca del ensayo y error que de la perfección. La convivencia con la incertidumbre y su agilidad para desenvolverse en ella será su forma de vida.
¿Y qué tiene esto que ver contigo, CEO?
Todo.
Porque tu liderazgo, tu modelo organizativo, tu forma de atraer y retener talento, tu cultura… todo eso tendrá que reformularse si quieres seguir siendo relevante. Hoy estás gestionando una empresa en transformación, incorporando los inicios de la IA y navegando para descubrir su impacto y el modelo de empresa que necesitas.
La Generación Beta llevará en sus venas lo que hoy apenas estamos descubriendo: creatividad fluida, agilidad constante y una mentalidad de ensayo continuo. No vendrán a obedecer; vendrán a cuestionar. No querrán estructuras rígidas. Buscarán proyectos con impacto. No se vincularán a empresas que ofrezcan solo salario. Buscarán crecimiento, significado y libertad.
¿Estás construyendo ese tipo de entorno o sigues anclado en modelos del siglo pasado?
Para liderar una organización donde los Beta estén presentes —y sobre todo, comprometidos—, no servirá el liderazgo transaccional. Ni siquiera el inspiracional de los millennials. Hará falta algo más radical: liderazgo disruptivo.
Un liderazgo que no impone, sino que crea espacios donde el talento florece. Que no ordena, sino que propone. Que no se obsesiona con el rendimiento del presente, sino que construye capacidades para un futuro incierto. Un liderazgo que se mueve cómodo entre la ambigüedad, que abraza la diversidad generacional y que lidera desde la pregunta, no desde la respuesta.
Pero el reto no es definir el nuevo liderazgo. El reto es implementarlo de verdad
Hace años que se habla de liderazgo disruptivo, de crear culturas que promuevan el talento, la innovación, la cocreación. Pero para la mayoría de las empresas —especialmente las pymes—, sigue siendo una utopía. Se arrastran modelos del pasado, estructuras jerárquicas, miedos al error, procesos rígidos. Y eso, con lo que viene, no va a aguantar.
¿Y por qué esto importa ahora?
Porque el cambio cultural no se improvisa. Y porque quienes nacen hoy serán profesionales en 2045, pero consumidores y ciudadanos mucho antes. Su forma de pensar ya está influenciando a tus clientes actuales. Y sus valores están empezando a tensionar tu cultura interna a través de las generaciones más jóvenes.
La Generación Beta será nativa de la inteligencia artificial, educada en sistemas hiperpersonalizados, entrenada en pensamiento crítico desde pequeños y con una conciencia ecológica y global mucho más desarrollada que la nuestra. Para ellos, el cambio no será una crisis: será su estado natural.
Y si tú no cambias la cultura de empresa antes de que ellos lleguen, lo cambiarán otros. O directamente, te dejarán fuera.
Por eso, ahora no hay excusas: hay que acelerar hacia organizaciones ágiles, flexibles e innovadoras. Con culturas que giren en torno a la cocreación, la experimentación, la inteligencia colectiva, el aprendizaje continuo y la evolución constante.
En otras palabras: hay que acelerar hacia Empresas Líquidas.
El futuro ya tiene fecha. Y expectativas
Pensar que puedes seguir operando con estructuras del pasado mientras te preparas para atraer a los profesionales del futuro es una contradicción. Lo que está en juego no es la “modernización” de tu empresa. Es su capacidad de sobrevivir y liderar en un mundo donde el cambio será constante y la creatividad, la colaboración y la tecnología serán inseparables del día a día laboral.
La generación Beta no te pedirá permiso para cambiar las reglas del juego. Las cambiará.
Tu decisión es clara: o empiezas hoy a construir una cultura organizativa capaz de recibirlos, o dejarás que otros lo hagan por ti.
Estás a tiempo de construir una cultura que atraiga, no que repela. Pero no tendrás dos oportunidades.
La transformación cultural que antes podía esperar, ahora es urgente. Porque quienes nacerán en 2025 no llegarán para adaptarse a tu empresa. Llegarán para decidir si tu empresa merece formar parte de su futuro.
Y eso —lo quieras o no— lo estás construyendo ahora.
El reto no es entenderlos cuando lleguen. El reto es estar listo antes de que lleguen.
No es tu empresa la que elige al talento. Es el talento el que elegirá si quiere estar en tu empresa.
Vía: Canal CEO