25 Mayo 2023
Algunas de las preocupaciones más comunes para los líderes de una empresa es la carencia de motivación y la falta de rendimiento que perciben de sus equipos. Transformar esa situación no es fácil, pero no es imposible. A menudo se habla de cambios radicales, de sesiones de lluvia de ideas, de nuevas jerarcas flexibles, ágiles y que se adaptan a continuos cambios. Pero, ¿cómo se puede conseguir que un trabajador que lleva más de veinte años llevando a cabo tareas similares apueste por la cocreación? ¿Cómo se combinan perfiles que aportan el máximo valor y quieren crecer con otros que no acaban de encontrar su rol? ¿Y la gestión de las horas extras? ¿Y de la toxicidad? Carme Castro, premio Europeo a la Innovación en Gestión del Talento y CEO de Kainova, consigue que los equipos rindan como si el año tuviera 13 meses y organizaciones como Cellnex, Air Artificial, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) o Mutua de Propietaris han contratado sus servicios. Una historia de aprendizaje y sin miedo a la innovación.
En primer lugar, para entender el perfil de Castro cabe destacar su carrera profesional como ingeniera informática y sus 22 años de trayectoria liderando equipos multiculturales en proyectos tecnológicos. Posteriormente, se formó en coaching y liderazgo personal y en 2009 creó Kainova, la consultoría para acompañar a las organizaciones a alcanzar la excelencia. De hecho, es de las pocas profesionales que mide los resultados y se atreve a afirmar que gracias a sus métodos «incrementan hasta un 20% más la productividad, en concreto 160 horas por profesional al año, lo que equivale a un mes de trabajo». Y con dos elementos clave: la empresa líquida y el liderazgo disruptivo.
Por ejemplo, ¿cómo puede que en áreas menos creativas como las finanzas o la logística haya empresas que funcionan muy bien y otras que no? Ante esta cuestión, Castro tiene claro que «todo recae en las personas y en los sistemas informáticos». «Es esencial ver cómo las personas de una compañía se mueven, sus intereses o cuál es la cultura de la organización», destaca la experta. Es decir, el líder líquido se pasea por la oficina, pregunta, escucha, atiende a las respuestas recibidas y ficha las capacidades de sus colaboradores para moverlos por diferentes tareas.
Castro: «Se puede ser líder de un equipo sin que esto repercuta en la conciliación de tu vida personal»
Otro de los elementos interesantes tiene que ver en cómo creó un equipo de alto rendimiento en poco tiempo. Castro confiesa que logró transformar a un equipo al que califica textualmente de «tener vida de funcionarios» a una gran productividad, con eficiencia y un equipo entusiasta con un horario absolutamente normal, sin tener que dedicar horarios maratonianos y sobreesfuerzos. «Se puede ser líder de un equipo sin que esto repercuta en la conciliación de tu vida personal», prosigue.
La experta también recuerda que «pasó de buscar resultados a encontrar cómo conseguir que las personas den lo mejor de sí y cómo te conviertes en una superempresa rentable cuando las personas se mueven contigo». Como consecuencia, si no encuentran en la empresa un espacio donde estos profesionales puedan dar rienda suelta a sus nuevos intereses, sólo hay dos caminos: cambiar de empresa o resignarse a hacer su trabajo como siempre, sin ningún compromiso ni complicidad.
El empoderamiento de las posiciones intermedias
¿Cómo se puede acompañar a las organizaciones y personas para volver a recuperar la ilusión? Básicamente es primordial que «los equipos directivos como los líderes y las personas operativas vivan esta transformación como una oportunidad para aflorar más talento de posiciones intermedias». Y con la capacidad de despertar a los talentos dormidos, provocando a las personas y promoviendo nuevas dinámicas. El método K180, tal como lo denomina Castro, permite dar un giro de 180 grados y transformar radicalmente a las organizaciones para abandonar el concepto del «trabajo clásico para conseguir dinero» a entender el trabajo como «parte de vida y aportar valor». Y así de claro lo tiene: «Cuando puedes demostrar talento y crecer en tu puesto de trabajo es cuando te sientes más satisfecho y te permites disfrutar aún más de la vida profesional».
Castro: «Te conviertes en una superempresa rentable cuando las personas se mueven contigo»
Por último, trabajan con todo tipo de empresas, que pueden ir de los 30 trabajadores a 30.000 y en partes más estratégicas o en momentos puntuales. Y, sobre todo, no es lo mismo una empresa pública, semipública que privada, ni el grado de innovación y riesgo que dependerá de cada sector. Y que, «si en muchas compañías el aprendizaje son tan sólo dos formaciones al año, nos quedaremos muy atrás».