Por Carme Castro, CEO de Kainova | Las reglas del entorno empresarial han cambiado. El contexto en el que las empresas se mueven en la actualidad es novedoso, imprevisible y no lineal. Los desafíos a los que se enfrentan son nuevos e hipercomplejos: se dan en diversos frentes, de diferente índole y envergadura.
El nuevo escenario está, inevitablemente, afectando a las empresas y cuestionando su status quo. Es el momento de replantear lo que hacemos y cómo lo hacemos. Es el momento de rediseñar la estructura organizativa, el estilo de liderazgo, las dinámicas de trabajo e incluso lo que representa el trabajo. Ese es el motivo por el que las empresas están en transformación, en una transformación profunda. En algunos sectores el rediseño puede ser necesario replantearlo en el modelo de negocio.
¿Cómo están contribuyendo o entorpeciendo nuestra forma de trabajar para fluir con el contexto?
¿Qué futuro nos espera si seguimos haciendo lo mismo?
El nuevo escenario comporta grandes dificultades, pero, ante ellas, el CEO no puede perder de vista que su misión es siempre la de lograr que la empresa sea rentable y crezca, a pesar de las irrupciones abruptas y los imprevistos que una y otra vez buscarán desmontar su estrategia y que, como CEO, deberá aprender a sortear con agilidad. Sólo así será capaz de dirigirla hacia la subsistencia, la rentabilidad y aportándole oportunidades de crecimiento.
El nuevo paradigma, que Sunil Gupta expresa con la metáfora “Cambiar el motor del avión mientras está volando”, y que implica que pasamos de trabajar con predicciones a que éstas no sean nuestro punto de referencia, es un paradigma en fase de creación, de construcción, y, por tanto, en fase de decisión.
Toca decidir ágilmente ante cada cambio sin saber qué nos depara el momento siguiente. Arriesgar y decidir.
El CEO aprendiz
En este nuevo paradigma nos volvemos aprendices, no tenemos referencias contrastadas con un amplio abanico de casos de éxito, ni modelos perfectamente definidos. Existen referencias concretas, poco extendidas y novedosas para nosotros, por lo que hay que ir avanzando en la construcción del modelo de empresa líquida que haga sostenible la empresa en este paradigma.
Estamos en una situación en la que el CEO se enfrenta a tomar decisiones probablemente de una forma diferente a como lo ha estado haciendo hasta ahora. En esta tesitura hay que tomar decisiones sin tener la certeza de si es la mejor decisión, y asumir la mentalidad de explorador. La mentalidad de que puedo equivocarme, aceptarlo y reconocerlo. Entender que en un nuevo paradigma el fracaso, no es un error, es parte del proceso de comprensión del nuevo paradigma.
La agilidad en la toma de decisiones es relevante en estos momentos de incertidumbre, cambio y estrés. La indecisión paraliza. La indecisión es una estrategia que llevará a la organización a alejarse cada vez más del nuevo contexto empresarial.
Una decisión permite explorar una vía de trabajo. Una decisión que puede ser, o no, la adecuada. Lo importante es poner los mecanismos para ser ágil en la toma de decisiones durante el proceso. La agilidad para no invertir más de lo necesario. Pero sí lo suficiente para validar si esa vía es viable y rentable consolidando la estrategia.
Nuevas reglas exigen nuevos liderazgos
Si aceptamos que estamos en un cambio de paradigma hay que aprender a gestionar de un modo nuevo la organización en él, entendiendo que este nuevo modo exige ser ágil en la toma de decisiones y asumir riesgos controlados. Un control para evaluar y aprender. Esos aprendizajes de los fracasos y de los avances son los que te darán una ventaja competitiva respecto de aquellos que, todavía, no han iniciado el proceso de comprender el nuevo paradigma.
La comprensión de este paradigma es clave para construir el modelo de empresa líquida y la agilidad que comporta, encontrando el grado de liquidez que necesitas para estar funcionando e innovando. El equilibrio entre rentabilidad e innovación, entre la subsistencia y la longevidad de la empresa.
Las empresas del siglo XXI serán las que tengan la capacidad de ser operativas e innovar continuamente. Entendiendo por innovación esa capacidad de aportar un valor diferencial respecto a su competencia, bien sea incorporando tecnología, procesos o formas de trabajar que permitan estar a la vanguardia.
- Sunil Gupta, autor del libro “Driving Digital Strategy: A Guide to Reimagining Your Business”
Vía: Canal CEO