En la bulliciosa ciudad de Bitville, donde las ideas eran moneda de cambio, surgió una inteligencia artificial con nombre de superhéroe: Súper Cerebro Cibernético (SCC). SCC se convirtió en el as bajo la manga de las empresas, ayudando a empleados a dominar habilidades más rápido que un café de la mañana.
Con su astucia digital, SCC diseñaba programas de aprendizaje personalizados que convertían la capacitación en una aventura épica. Los empleados, armados con conocimientos recién adquiridos, se regresaron más hábiles y eficientes que nunca. En las salas de juntas, SCC era la estrella invitada, transformando reuniones aburridas en sesiones estratégicas llenas de brillantes ideas.
Aunque SCC hacía que las empresas fueran más competitivas, también se encargaba de tareas rutinarias, haciendo que algunos puestos dejaran de ser necesarios. Sin embargo, SCC también enseñaba a reinventarse, permitiendo a todos adaptarse y descubrir nuevas oportunidades en el cambiante mundo digital. Así, en Bitville, la IA no solo mejoraba resultados, sino que guiaba a todos hacia un futuro lleno de posibilidades.
Autor: Chat GPT, comandos: Kainova.
¿Qué te parece este cuento? La verdad es que podríamos decir que esta es la realidad que nos espera a la vuelta de la esquina. Bueno, la realidad de quienes sepan comprender e integrar la IA como una herramienta que impulse sus negocios. Para el resto, el final del cuento será, muy probablemente, otro que no nos guste tanto.
Por eso es importante, pensando en nuestras organizaciones, hablar de inteligencia artificial generativa, un tema de actualidad con múltiples enfoques.
Una aclaración rápida, sólo por si acaso. El propio Chat GPT nos la hace:
La Inteligencia Artificial Generativa (IA Generativa) se refiere a un tipo de inteligencia artificial diseñada para generar contenido nuevo y original, como imágenes, texto, música o incluso videos. A diferencia de la IA tradicional que realiza tareas específicas o responde a comandos predefinidos, la IA generativa tiene la capacidad de crear contenido de forma autónoma.
El salto de la IA Tradicional a la IA Generativa es realmente increíble.
Las posibilidades que esto genera, y el escenario en el que nos sitúa a las empresas, hacen necesario remarcar una vez más uno de los cuatro fundamentos de la empresa líquida: La tecnología no es suficiente.
Si te lo traemos hoy es porque, para que nuestras empresas puedan evolucionar y evitar sucumbir a la vorágine tecnológica en la que estamos inmersos, necesitamos:
Integrar bien este fundamento
Tener claros los conceptos básicos que permiten a las organizaciones lidiar en este nuevo escenario impregnado de IA
La nueva tesitura
Estamos en una nueva tesitura. Una desconocida y, probablemente para muchas personas, incómoda.
Si alguien se encuentra ante la tentación de ignorar que esto es así, tarde o temprano acabará dándose de bruces con que no es posible escapar a ella.
Todos hemos visto ya proliferar el uso de la IA en multitud de negocios. Una proliferación que evidencia la necesidad de subirnos al tren si no queremos que la competencia nos saque, tarde o temprano, del mercado.
Remolonear o esperar a que otros vayan abriendo caminos significa ir a remolque de aquellos que por intrépidos y audaces, son pioneros. Y en última instancia, incrementar el riesgo de quedar fuera de la partida porque nosotros mismos hemos abierto una brecha creciente entre los que avanzan aprendiendo sobre lo aprendido, y nosotros que empezamos tarde.
Lo complicado en este asunto es que, para ponernos al día nos vemos empujados a utilizar una tecnología cuyas bondades y riesgos, aplicaciones y peligros, beneficios y limitaciones, iremos descubriendo a medida que se vaya avanzando con ella.
Esto nunca había sido así. Hasta ahora, cualquier herramienta, cualquier posibilidad, estaba establecida en un marco bien delimitado. Sabíamos cómo íbamos a usarla y las opciones y resultados que nos daría.
Ahora no, y eso, además de ser incómodo, coloca a la mayoría en una posición de duda e incluso parálisis.
Afortunadamente, existe luz al final del túnel.
En el contexto de la IA, avanzar quiere decir experimentar.
Y esto, todos podemos aprender a hacerlo.
Que no cunda el pánico
Puede parecer aterrador: aprender experimentando en nuestras empresas.
Pero experimentar es una palabra que en Kainova nos encanta, porque nos permite descubrir soluciones gracias a tener la osadía de dejarnos llevar por la intuición, sumada al conocimiento y la experiencia.
Experimentar no es lanzarse al vacío, aunque exija valentía y aceptar que lo que no salió como queríamos trae consigo un aprendizaje de alto valor.
Pasa con lo nuevo que, hasta que no lo pruebas y observas lo que sucede, no conoces su potencial, su limitación ni sus beneficios.
Piensa en cualquier artilugio tecnológico que adquieres, hasta que no empiezas a descubrir para qué sirve cada uno de los botones no consigues comprender qué te aporta, y, muchas veces, te sorprendes al descubrir después de bastante tiempo algo que desconocías.
Volviendo a la cuestión de la IA y en concreto, al caso de Chat GPT, esta herramienta nos permite obtener respuestas, resúmenes, conseguir información agregada, aprender…
De todas estas posibilidades, hoy nos interesa centrarnos en aquella que más oportunidades generará en nuestras empresas: la posibilidad de aprender.
O, mejor dicho, más que aprender, lo que la IA bien entendida nos empuja a hacer es enriquecer nuestro conocimiento. Es decir,
La IA nos ayuda a evolucionar en nuestro conocimiento de forma más acelerada.
Fíjate que, en esa experimentación, nos fuerza a ser más hábiles a la hora de formularle la petición al Chat GPT, por lo que, solo con ello, nos está ayudando a escudriñar qué necesito saber y cómo se lo digo para que me ofrezca en su respuesta una calidad de información que me aporte valor.
Eso, en sí, ya está interfiriendo en elevar mis capacidades de análisis y concreción de objetivos.
Y, por otro lado, cuando nos da ese contenido, tengo que ser capaz de poner mi criterio para validar si es correcto, real, aplicable o si, por el contrario, es una invención bien argumentada, pero sin base sólida de realidad.
Sea como sea, la inteligencia artificial generativa va a transformar profesiones, procesos y formas de trabajar.
Si queremos aprovechar sus beneficios no nos queda otra que empezar a experimentar con ella.
¿Cómo hacerlo con criterio?
Aprendiendo.
Aprender: keyword de las empresas del siglo XXI
Aprender con inteligencia artificial.
Aprender sobre la IA.
Aprender sobre su tecnología y técnicas.
Y todo esto, ¿para qué?
Aprender es la forma en que nos prepararemos para que la IA sea nuestra aliada.
Se trata de aprender a convivir con la tecnología abriéndole las puertas para que nos permita ser mejores profesionales y personas. Porque, cuanta más capacidad de sacarle rendimiento tengamos, más incrementaremos nuestras propias capacidades.
Y viceversa.
Cuanto mejores sean nuestras propias capacidades mayor rendimiento sacaremos de esta tecnología.
La IA nos puede hacer más listos.
Un ejemplo. Si no eres bueno redactando mails, es decir, comunicando por escrito, y tienes un copiloto (IA) que lo redacta por ti, a base de que lo haga y leas lo que ha escrito, estás aprendiendo a redactar mails, así que no solo sirve para que seas más rápido en la redacción sino también para que aprendas.
Esto lo podemos llevar a todos los niveles.
Otro caso. Una clienta de Kainova utiliza la IA para aprender a ser asertiva. A través de las propuestas y ejemplos que la IA le propone descubre formas de desarrollar su asertividad con las que hasta ahora no contaba.
La IA puede ayudar al equipo humano a desarrollar con mejor soltura y resultado su actividad profesional. Sólo hay un imprescindible: el equipo necesita explorarla, atreverse y desarrollar su pensamiento crítico y creativo.
IA y la Empresa Líquida
Experimentar y aprender.
En el primer estadio de familiarización con la IA para integrarla en nuestros negocios y organizaciones, estos son los elementos fundamentales que las empresas debemos abordar.
Para hacerlo, es necesario acompañar a los equipos a realizar ese cambio de mindset que les permita comprender y aceptar lo que el nuevo escenario está planteando.
Y junto a ese acompañamiento, empezar a construir la estructura que posibilite la experimentación, la creatividad y la capacidad crítica que permitirán sobrevivir y posicionarse como empresas rentables y competitivas en el nuevo escenario.
Esa estructura es la empresa líquida, un modelo de empresa diseñado para que:
- el aprendizaje sea continuo en todos los niveles de la organización y,
- el miedo a probar y equivocarse se transforme en la visión de una oportunidad constante de aprendizaje, innovación y crecimiento.