-Déjame ver si soy capaz de resumir lo que hemos aprendido, Simeón. El liderazgo empieza con la voluntad, que es la única capacidad que, como seres humanos, tenemos para que nuestras acciones sean consecuentes con nuestras intenciones y para elegir nuestro comportamiento. Con la voluntad adecuada, podemos elegir amar, verbo que tiene que ver con identificar y satisfacer las legítimas necesidades, no los deseos, de aquellos a los que dirigimos. Al satisfacer las necesidades de los otros, estamos llamados, por definición, a servirles e incluso a sacrificarnos por ellos. Cuando servimos a los otros y nos sacrificamos por ellos, estamos forjando nuestra autoridad o influencia, por la “Ley de la Cosecha” como decía Theresa. Y cuando forjamos nuestra autoridad sobre la gente, entonces es cuando nos ganamos el derecho a ser llamados líderes.
Yo estaba asombrado de lo brillante que era esa mujer.
-[…]
-A mí me parece -comentó muy excitada la directora de escuela- que el liderazgo puede concretarse en una sencilla descripción de tareas que cabe en 5 palabras: “identificar y satisfacer las necesidades”.
James C. Hunter, La Paradoja
La descripción de liderazgo que acabas de leer es una de las que más nos gustan en Kainova. Sin embargo, no es la única con la que te encontrarás si buscas comprender el verdadero sentido de esta palabra.
En realidad, podríamos decir que existen tantas indefiniciones e interpretaciones de la palabra “Liderazgo” como experiencias de liderazgo han vivido personas que tenían un responsable directo.
Digamos que, para la RAE de los negocios, esto no sería un ideal. Así que, con lo que vamos a contarte a continuación, te invitamos a deshacerte de cualquier idea errónea al respecto y poner las bases adecuadas que permitan avanzar a tu organización.
¿Alguien sabe lo que es un líder?
Lo normal es comprender esta palabra según lo que has observado en la persona que debiera ser, o es, el líder de tu equipo.
Queramos o no, lo que hemos vivido es la idea que predomina en las mentes de los profesionales cuando se habla de liderazgo. Y lo que mayoritariamente hemos vivido no son, precisamente, ejemplos de líderes conscientes de su labor al servicio de sus equipos, identificando y satisfaciendo sus necesidades.
Tampoco líderes visionarios capaces de tener y transmitir una visión única.
Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, lo vivido respecto al liderazgo lastra el verdadero potencial de este concepto.
Y cuando decimos “lastra el verdadero potencial”, queremos decir que:
Al no comprenderse bien el liderazgo, la organización al completo, y en última instancia, la sociedad, pierden un valor extraordinario que podría haberse obtenido.
La organización, porque todas las personas en ella podrían haber multiplicado su crecimiento profesional y personal, traduciéndose dicho crecimiento en mejores resultados del negocio y mayor bienestar para las personas.
La sociedad, porque nunca llega a beneficiarse de las nuevas ideas y soluciones que crea un equipo en el que el talento y la inteligencia colectiva son guiados por un líder al servicio de su desarrollo y crecimiento.
Pero vayamos por partes. Comprendamos primero la idea de liderazgo de la que parte la mayoría de las personas.
Para hacerlo te traemos dos ejemplos que ilustran fácilmente esta idea.
Primer ejemplo:
Hace un tiempo, en una sesión de mentoring en la que trabajábamos sobre el liderazgo de un líder y propietario de su empresa, esta persona me afirmaba rotundamente que tenía que dar soluciones a todas las preguntas que cualquier persona de su equipo, en dependencia directa de él, o no, le hacía.
Ante ello, le pregunté:
¿Y tú qué haces para que tu equipo te aporte soluciones?
Sorprendido por la pregunta, reflexionó un momento y se auto-respondió:
“Claro, si siempre les doy la solución, ellos no me aportarán ninguna”.
Acto seguido, y buscando justificarse, añadió:
“Eso es lo que hace un líder, dar soluciones. Si no, pensarán que no soy un buen jefe”.
¡Cuánta creencia existe respecto a “el jefe lo es porque lo sabe todo”!
No es por casualidad tampoco, que este líder intercambió en la misma frase las palabras líder y jefe cuando dejó de hablar de líder para pasar a decir jefe.
Resumiendo, las ideas que se desprenden del primer ejemplo serían:
Por un lado: creemos que, si como líder no tengo todas las soluciones, se pondrá en duda mi autoridad.
Y por el otro: Existe una importante confusión entre los conceptos líder y jefe.
Segundo ejemplo.
En una sesión de co-creación, el grupo con el que trabajaba discutía ardientemente sobre la palabra liderazgo. Al preguntarles qué significaba para ellos este concepto descubrimos que dentro del grupo las personas se posicionaban, por decirlo de alguna forma, en dos polos opuestos.
Por un lado, unos defendían que sin líderes no se puede avanzar. Por el otro, el resto afirmaba que liderazgo es poder.
Ante esa tesitura fui consciente, una vez más, de que la palabra liderazgo genera múltiples visiones.
Volviendo a su respuesta:
Liderazgo y poder. Peligrosa asociación.
En el momento que se asocia liderazgo a poder surge en la mente de las personas esa imagen de antaño por la que, erróneamente, vinculamos el rol del líder con todo lo relacionado con: obediencia, sacrificio, sometimiento, falta de empatía, poca autonomía, inhumanidad…
Cuando conoces bien el concepto de líder y lo has integrado en tu día a día, sabes que dicha imagen jamás podría ser relacionada con esta palabra. Pero la realidad en la que se encuentran las organizaciones es que muchas de sus personas todavía comprenden este concepto de esta forma.
Es complicado que, en dicha tesitura, las personas estén dispuestas a progresar en su liderazgo o a dejarse liderar por otro/a.
Un apunte, me sorprendió que eran personas de edades inferiores a los 30 en su mayoría.
Un imprescindible:
Comprender el liderazgo
Decíamos al principio:
Los puntos sobre las íes: qué es y qué no es un liderazgo que hace crecer los negocios.
Ese es el punto crucial: las organizaciones, al completo, deben comprender qué es el liderazgo, para que pueda producirse el crecimiento del negocio.
Si en las organizaciones, los líderes y sus equipos – todos -, interpretan errónea y negativamente este concepto, será difícil que lo acepten y, por tanto, que puedan aprovechar el potencial que encierra.
Por eso es necesario transformar las ideas equivocadas al respecto y trasladar, mediante la acción, que hablar de liderazgo es hablar de la capacidad que tiene la persona de construir una idea, un proyecto, una situación, un problema, un equipo, una empresa. Se trata de esa iniciativa que sale de dentro y que le empuja a buscar y articular las relaciones y medios necesarios para llevarla a cabo y hacerla realidad.
Un líder que lidera es una persona que, aunque se equivoque, avanza y aprende de sus errores, y sigue avanzando, no se detiene. Cada momento fallido es un aprendizaje y no permite que ese fracaso le impida seguir liderando. Aunque no vea el resultado de ello.
Piensa en el caso de los investigadores, si renunciaran a su investigación al primer error que cometen, la investigación desaparecería. Pero no, ellos son resilientes, necesitan creer que lograrán resultados, aunque no los vean.
O piensa en Luter King con su famoso “I have a dream”. King no logró verlo, pero eso no le impidió luchar por su sueño y liderar un movimiento a pesar de las adversidades y fracasos.
¿Cómo trasladar mediante la acción este concepto?
Sólo el líder, con su acción diaria, puede hacerlo. Y para hacerlo, necesitará contar con la mentalidad y herramientas adecuadas.
Por eso es clave que las organizaciones comprendan que es necesario acompañar a sus líderes en el desarrollo y crecimiento de su liderazgo.
Comprender el liderazgo
Nivel avanzado
Hemos compartido contigo un extracto del libro “La Paradoja”, para darte una descripción de Liderazgo con la que estamos muy de acuerdo.
Porque lo hemos vivido. En nosotros mismos y en los clientes a los que hemos acompañado en la evolución de su liderazgo, equipos y, en consecuencia, negocios.
Sin embargo, esa descripción de liderazgo, para nosotros, aún no lo dice todo.
Es el ABC, esa base imprescindible de la que hablábamos en el apartado anterior. Pero el mundo en el que nos movemos y las condiciones que nos impone nos indica que es necesario ir un paso más allá y, a lo dicho, añadir las cinco habilidades con las que debe contar un líder de hoy. O, lo que es lo mismo, un líder disruptivo.
No vamos a desarrollarlas ahora, pero quédate con los titulares porque ya te indican la fuerza y posibilidades que confiere un liderazgo de este estilo.
Las 5 habilidades que caracterizan al líder disruptivo son:
- Comunicación Poderosa (5CCP®)
- Entrenar
- Explorar
- Innovar
- Explotar y Explorar
El riesgo de “pasar” del liderazgo
Para algunas empresas, esta parece la opción más tentadora. Si los números van saliendo, ¿qué necesidad tenemos de invertir en este tema? O, si entre los profesionales de mi organización ya existe un buen ambiente ¿no sería un malgasto invertir en el desarrollo de una capacidad que “más o menos” ya tenemos?
La realidad es que, como hemos dicho anteriormente, la mayoría de las personas aún están muy lejos de haber comprendido e integrado lo que verdaderamente significa ser un buen líder.
Y la mayoría de las personas aún están lejos de ser, además, un líder disruptivo preparado para hacer avanzar a su organización ante los desafíos de la nueva era. (Ana me he comido hacer pero se entiende bien, no lo repetiría)
Aunque los números salgan por el momento.
Aunque los ambientes de trabajo sean los adecuados…por el momento.
Si pasamos del liderazgo, y en concreto, de un liderazgo disruptivo, estamos perdiendo opciones y oportunidades en el presente y el futuro:
Oportunidades de ser más ágiles en un mundo que nos exige serlo.
Oportunidades de ser innovadores para responder a los nuevos retos.
Oportunidades de mejorar nuestra rentabilidad.
Oportunidades de ser, cada vez, más competitivos.
A las personas nos gusta trabajar con líderes
En la vida y en las empresas necesitamos personas que lideren.
Ahora bien, si entendemos el liderazgo como algo negativo, automáticamente rechazamos todo lo que comporta liderazgo, como sucedió con una parte del grupo en una sesión de co-creación que realicé.
Instintivamente, rechazaban la idea de liderazgo. En sus cabezas resonaban las experiencias e imágenes negativas que por herencia cultural relacionamos con este concepto.
En este caso lancé la siguiente pregunta:
¿Dónde queréis estar, en una empresa llena de líderes o en una empresa en la que no exista ningún líder?
Tras pararse a reflexionar un momento y sobreponerse a ideas obsoletas sobre este concepto, los participantes en la sesión fueron capaces de separar el grano de la paja y, automáticamente, decidieron que preferían estar en una organización con líderes.
Cuando se comprende bien el concepto esto es lo que pasa.
Todos queremos estar en un lugar que nos permita avanzar, crecer, evolucionar y eso es inviable si no existe liderazgo.
Pero el liderazgo no puede existir si no lo comprendemos y desarrollamos primero.
Existen, todavía, muchos prejuicios, y es responsabilidad nuestra, de los líderes, contribuir a sanearlos.
Mantener un diálogo abierto sobre liderazgo es una forma fabulosa de trabajar con tu equipo y esclarecer si quieren trabajar en una empresa repleta de líderes que impulsan el crecimiento del negocio y las personas, o no.