El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
¿Será porque la memoria histórica desaparece como por arte de magia en cuanto estamos bien?
¡Si hasta el cerebro aporta su granito de arena en este sentido! Siempre buscando consumir la menor energía posible…
“El cerebro olvida a propósito para ahorrar energía”, lo revela un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)
Y claro, esto afecta a todas las áreas de la existencia del ser humano. Porque por naturaleza tiende a buscar su normalidad, una rutina, una vida cómoda, ordenada y fácil.
Parece que todos los caminos conducen a Roma y quizás sea ése el motivo por el que seguimos tropezando dos veces con la misma piedra…
Estas reflexiones invadían mi cabeza tras leer la situación del mercado:
Empresas que hacen Expedientes de Regulación Temporal, empresas que no saben cómo volver tras este confinamiento, empresas cuyo modelo de negocio ahora no funciona y que puede tardar mucho (demasiado) en que vuelva a hacerlo…
Tanta incertidumbre… Aunque la información de los medios hay que pasarla por un tamiz para discernir hasta qué punto recoge fielmente la realidad, presentía que en el fondo el problema radicaba en una falta de liderazgo y de mentalidad.
Para los amantes de la “vuelta a la normalidad”, de la vuelta a procesos, ventas y visiones del mundo “normales”, las noticias no eran buenas.
Mis presentimientos no eran ideas aisladas. Después de escuchar varios webinars de expertos en geopolítica y liderazgo en tiempos turbulentos, todos concluían que estamos ante una falta de liderazgo claro y que nada será como era, aunque no se sabe cómo será.
Aparqué mis pensamientos por un momento y empecé a llamar a mis clientes, quería conocer la situación real de cada uno de ellos para validar hasta qué punto el panorama era así de cruel. Y, sobre todo, para saber, ¿cuál era su situación? Y de esta forma buscar cómo ayudarles.
Hablé con varios directivos de empresas diferentes en cuanto al sector, tamaño y momento en el que se encontraban en su transformación antes del confinamiento.
Esta fue la información que me transmitieron: están estresados y centrados en el muy corto plazo, en resolver el día a día y pensando “en cuanto volvamos a la normalidad…”
Me quedé muy preocupada:
¿volvamos a la normalidad?
¿qué normalidad?
¿cuánto tiempo puede pasar hasta esa supuesta normalidad?
En sus mentes se estaba produciendo un gap importante que les serviría de agujero negro en el que dejar caer sus empresas.
Pensaban en el hoy y pensaban en lo que iban a hacer en una hipotética situación cuando llegara. Una situación que no tenía fecha y una situación que sabíamos, no iba a llegar.
El gap y error grave que se producía mientras pensaban en el hoy, era su falta de visión y pensamiento en el medio y largo plazo.
¿Qué pasará si esa supuesta normalidad es dentro de 2 años?
Los directivos con los que había hablado estaban cayendo en una especie muy peligrosa de artrosis mental: la falta de flexibilidad para adaptarse al nuevo (y desconocido) escenario, renunciando al mismo tiempo a la vuelta “a la normalidad” que tanto ansiaban.
Recordé que hace años llegué a la conclusión de que ser flexible en la vida significa explorar, aprender, arriesgarse y visionar. Es decir, nunca sabes demasiado y lo que sabes puede que te sea útil o no. Trabajar tu flexibilidad mental, y por tanto tu mentalidad, es como entrenar tu mente para ser capaz de adaptarse a cualquier situación, incluso una que no te esperas.
Recordé entonces, porque esto elevaba el potencial que cualquier persona tiene en sus manos, lo que hacía unos años había escuchado en un podcast a un gurú de las ventas. Éste decía: “La mentalidad es lo que necesitas para lograr lo que te propongas.”
Indagué un poco más en el concepto de mentalidad. La Real Academia Española decía que la mentalidad son las creencias y costumbres que conforman el modo de pensar, enjuiciar la realidad y actuar.
Dicho de otra forma: para ser X has de comportarte y actuar como X.Entonces, si sustituyes X por “estratega”, “líder”, “bailarín”, “escritor” o lo que quieras, tenemos una fórmula para construir la mentalidad que queremos.
Esta era la conclusión tras mis razonamientos:
Para ser flexibles y tener la capacidad de adaptarnos rápidamente necesitamos una mentalidad determinada.
En ese momento que estaba hilando reflexiones apareció Alberto en mi despacho.
Alberto es mi mano derecha y juntos ideamos las estrategias. Nos complementamos y hemos logrado una fórmula de trabajo creativa.
Alberto andaba dando vueltas a algo y me planteó:
Estaba pensando, ¿qué necesitan las empresas en este momento?
Ahora solo se habla de organizaciones flexibles, organizaciones ágiles y algún que otro término más. Han despertado de su letargo, la realidad les ha puesto en evidencia que no era una moda o una tendencia transformar la empresa en….
Sí, Alberto, cierto. – Le contesté. Y proseguí.
Justo antes de que entraras reflexionaba sobre algo. En realidad, deberíamos estar hablando de Líderes Flexibles, Líderes ágiles.
Esa transformación de la que tanto se habla, sin un Líder preparado que la impulse no va a funcionar, no va a darse. Las empresas por sí solas no se mueven. Ya sabes cómo somos las personas, buscamos la comodidad.
A veces, cuando se habla de empresas, parece que se nos olvide que las empresas están formadas por personas.
Son las personas de la organización – sus costumbres, su forma de pensar y actuar – las que logran que una empresa sea de una forma determinada o de otra.
La transformación de una empresa en aquello que se quiere que sea, se consigue solo si es liderada por personas que influyen en el comportamiento de las personas.
Dicho de otra forma, si tienes un líder con una mentalidad flexible que inspira e influye en su organización esa organización podrá ser flexible.
¡Claro! – la cara de Alberto se iluminó como si en su mente se hubiera producido una conexión nueva y prosiguió: -La antesala a la Empresa Líquida es la empresa flexible y ágil, aunque ambos responden a dos conceptos diferentes.
La flexibilidad es la capacidad de adaptarse con facilidad a las diversas situaciones o circunstancias del entorno.
La agilidad es la capacidad de dar una respuesta rápida, es decir, entiende las cosas con facilidad y piensa y actúa con rapidez.
¡Muy buena puntualización Alberto! – contesté y continué – Entre tanto discurso, discernir y hacer las distinciones adecuadas es clave para lograr vislumbrar una estrategia en este entorno convulso. ¿No te parece?
Exacto. – afirmó Alberto.
Y continué: Estamos hablando de que la agilidad tiene que ver con la capacidad organizativa de reorganizarse, cambiar procesos y formas de trabajar en tiempo record. En cambio, la flexibilidad es la capacidad de cambiar la estrategia a medida que se va aprendiendo y contrastando en el mercado, responde más al concepto de Lean Startup.
Alberto, esto nos confirma el modo en que podemos ayudar a nuestros clientes en estos momentos: trabajar con ellos en su transformación hacia la empresa líquida, que es la empresa capaz de adaptarse a las circunstancias rápidamente, por lo tanto, la empresa flexible y ágil simultáneamente.
En definitiva, acompañar a las personas en la organización en su transformación hacia una mentalidad flexible y ágil, con el pensamiento adecuado para actuar.
Tenemos que ayudarles a transformar su mentalidad para que transformen su comportamiento y actúen de acuerdo a sus valores, flexible y ágilmente, en cualquier escenario.
Y como muy bien sabes, eso significa tener un Líder con esas habilidades suficientemente entrenadas para ser modelo y ejemplo, ser admirado e inspirar a su equipo para que ellos le sigan, sea cual sea la propuesta que les plantee…
Alberto me interrumpió: ¡Y por muy disruptiva que sea!
¡Jajaja, claro que sí, Alberto, eso es esencial ahora mismo!
Alberto sonrió y se despidió. Se fue a su despacho porque ahora tenía la clave de cómo comunicarse con los clientes para ayudarlos.
Ya sabes que las Grandes Ideas de la Empresa Liquida es un espacio para que conozcas el modelo único que construirá empresas sólidas en esta Era Digital.
Ahora te invitamos a tu reflexión personal como líder:
¿Qué mentalidad tienes tú?… Piénsalo.
¿Qué habilidades has trabajado para ser un Líder disruptivo que contribuya a lidiar con éxito esta situación que, de momento, no tiene un fin claro?
Según las noticias de expertos de estas últimas semanas, aunque ya las tendencias lo decían, lo que se necesita en las empresas son altas habilidades de las llamadas “soft skills” y actualizadas a los tiempos VUCA.
Compartimos contigo nuestro expertise en empresa líquida para que te plantees dónde quieres estar y empezar a trabajar para lograrlo.
