Hay en la biblia, en el Génesis, una historia muy conocida y de rabiosa actualidad.
La historia de las vacas flacas y las vacas gordas.
Según nos cuentan – y resumo mucho – el Faraón de Egipto tuvo un sueño en el que siete vacas gordas eran seguidas por siete vacas flacas y feas. Y las vacas flacas y feas devoraban a las gordas (una escena muy bíblica).
Como ninguno de los siervos supo interpretar su sueño, el faraón – que llevaba muy mal la frustración – decidió meter en prisión a todos los que no habían podido ayudarle a comprender su significado (como líder, ¡no tenía desperdicio!).
Llegó entonces a oídos del Faraón que un tal José, en prisión desde hacía tiempo, había interpretado los sueños de unos de los siervos que él mismo acababa de enviar allí. Y lo mandó llamar.
En este punto, la historia empieza a ponerse más interesante porque ante el Faraón, José pone en acción su talento y comparte lo siguiente:
Las vacas representan siete años de abundancia que vendrán seguidos de siete años de hambruna, para la tierra de Egipto.
Y sucede entonces algo aún mejor:
Tras interpretar el sueño, José va un paso más allá y da las indicaciones pertinentes al faraón para que actúe aplicando las medidas necesarias para evitar el desastre humanitario del que el sueño estaba alertando.
Final de la historia:
Todo sucede tal cual: la visión del Faraón y las medidas propuestas por José. Juntos, salvan a Egipto de la hambruna.
Bien. Ahora nuestro turno para interpretar todo esto en el s.XXI.
Sacamos tres puntos interesantes para abordar con energía y acción la vuelta al trabajo (y el resto del año):
Todo lo que sube, baja… y vuelve a subir.
Los ciclos económicos son más viejos que María Castaña, y la perspectiva histórica nos enseña que los líderes deben plantear sus estrategias con una clara visión de futuro, sabiendo que cuando estamos en un momento del ciclo “bajo”, antes o después, entraremos en una fase de ascenso… y vuelta a empezar.
La cuestión es estar preparado para superar la fase difícil.
Y estar preparado para sacar el máximo provecho en la favorable.
Nos incorporamos a nuestros puestos de trabajo dejando atrás el verano.
Y lo hacemos en un entorno complejo, distinto al de los últimos años.
A estas alturas del partido, en el que llevamos unos meses a nuestras espaldas viviendo más que nunca el presente con conciencia, no podemos olvidar que el futuro existe.
Y lo que hagas hoy impactará directamente en los resultados de tu futuro.
Aunque la situación sea difícil, existen muchas oportunidades si miras con las energías renovadas y con intención de avance, buscando cómo hacerte hueco en este nuevo mercado empresarial.
La diferencia que existe entre esta situación y otras crisis, cambios revolucionarios y avances tecnológicos que han cambiado el rumbo de la historia, es – como muy bien sabes – la velocidad de los cambios y la incertidumbre que genera el futuro desconocido.
Por eso, la perspectiva de las fases favorables (que volverán) junto con una acción como líder disruptivo (de la que ya hemos hablado en otras newsletters) es la receta infalible para afrontar este momento con éxito y ánimo.
Las indicaciones (llámese estrategia correcta) de José.
Existen revolcones como la pandemia, que son imprevistos y de dimensiones gigantes, que han puesto a prueba a tu organización, y porqué no reconocerlo, ¡a ti también!
Es en estas situaciones cuando sabes si lo que has trabajado hasta ahora era lo correcto.
Las decisiones que tomaste hace pocos años, son las que te han llevado a la situación que tienes ahora.
Sí, aunque cueste reconocerlo, no sólo los acontecimientos externos son los responsables del punto en el que estás.
Y tan interesante (y necesario) es tomar buenas decisiones, como el ser visionario para poder hacerlo y para dar las indicaciones adecuadas a su equipo respecto de esa visión.
Cuando José visionó y comprendió lo que iba a pasar, compartió con el faraón el plan que debían ejecutar para evitar la hambruna.
Esto mismo, se ha dado hoy en día en algunas de las empresas más visionarias.
Las empresas que empezaron su transformación tiempo atrás, y lo hicieron a todos lo niveles para estar a la altura del entorno que se avecinaba (se diera el contratiempo u oportunidad que se diera), han sido capaces de reaccionar sin demasiados problemas a un imprevisto como ha sido la pandemia.
Un ejemplo claro: uno de nuestros clientes, con mentalidad disruptiva, que pertenece a un sector no especialmente beneficiado por la pandemia, siguió trabajando con normalidad en el nuevo formato de trabajo y sin realizar ningún cambio en su plantilla (fueron innecesarias medidas como ERTE’s, reducción de plantilla o cambios de horarios laborales).
Por otro lado, los datos de la Seguridad Social muestran que el pasado mes de junio, 658 empresas con más de 50 trabajadores desaparecieron del sistema.
No estaban preparadas.
En momentos de turbulencias es absolutamente necesario tomar un tiempo de reflexión.
Y en esa reflexión surge una pregunta:
¿Qué has aprendido?
Einstein decía algo realmente interesante: “Ningún problema puede ser resuelto en el mismo nivel de conciencia en el que se creó”.
En la realidad de un mercado que es competitivo, volátil, incierto e inseguro, las organizaciones – sus personas – deben pasar por un proceso de transformación que eleve su conciencia y comprensión del nuevo entorno, para saber manejarse eficientemente en él.
Es desde ese aprendizaje y conciencia que surgirá la visión, la estrategia y las acciones que bailan al son de los cambios y el progreso, aprovechando las oportunidades de cada momento.
El faraón llama a José, o lo que sería lo mismo: El líder llama a su equipo
Este punto nos encanta. Porque hace alusión directa a uno de los fundamentos de la empresa líquida: el acelerador son las personas.
Y es que, aunque nuestro faraón tenía aún mucho que aprender en algunos aspectos, en este sentido supo dar en el clavo:
Vió el talento, lo puso en acción y sacó máxima ventaja de su visión.
Tú puedes hacerlo también.
El tema será qué papel quieres jugar en este mercado empresarial con tantas oportunidades por descubrir.
¿Quieres ser de los que miran cómo otras empresas se arriesgan y después lamentarte por no ser capaz de coger el ritmo o porque un batacazo ha logrado hacer temblar tus cimientos?
Si quieres dar en el clavo como el Faraón, entender, comprender, conocer y aprender a moverte en las arenas movedizas es imprescindible y sólo lo vas a poder hacer si cuentas con las personas de tu equipo.
Es el poder de los talentos brillando el que multiplica opciones, abre posibilidades, genera ideas revolucionarias y además es capaz de llevarlas a cabo.
La situación en la que nos encontramos no es pasajera.
Si piensas que cuando salgamos de ésta, iremos con la calma… ¡olvídalo!
Observa con el siguiente ejemplo, a qué nivel nos estamos moviendo:
Neuralink, la empresa propiedad de Elon Musk, está desarrollando un chip que conecta el cerebro con un ordenador: «Un Fitbit en el cráneo».
¿Cuántos cambios revolucionarios puede producir en nuestras vidas esta tecnología?… Más de los que ahora mismo somos capaces de plantearnos.
El iPhone ya fue una revolución que ha modificado nuestra vida.
Y no lo supimos hasta años más tarde.
¿Cuán preparado estás para este y otro tipo de tecnologías que formarán parte de nuestras vidas (y organizaciones)?
El mundo se mueve y tú y tu equipo debéis estar a la altura para no quedar atrás y ser desterrados del mercado.
Tienes una opción:
Ser parte activa de este fascinante mundo para el que la transformación, no es una opción (a menos que quieras que te pillen despistado).
Nosotros apostamos por el único modelo que sabemos que es capaz – porque lo vemos en nuestros clientes – de lograr resultados extraordinarios.
Porque pone el talento al servicio del futuro y le permite dibujar con entusiasmo soluciones ingeniosas para sus clientes.
Súmate a la transformación en una empresa líquida.
Las Grandes Ideas de la Empresa Líquida se refuerzan con las vivencias reales que observamos, analizamos y estudiamos.
Esperamos que tu vuelta al escenario tenga la energía para revolucionar y avanzar tu empresa.
PD: Tenemos un programa que consigue resultados como los de José y el Faraón. Va de líderes visionarios y equipos cuyos talentos benefician a las organizaciones. Se llama RE-Evolución. Tu organización no se llenará de profetas, pero sí de líderes visionarios y disruptivos con equipos que consiguen resultados extraordinarios. ¡Escríbenos si quieres saber más.
