Por Carme Castro, CEO de Kainova | Liderar una compañía lleva implícito tomar decisiones sin tener todas las respuestas, aventurándote en cierta medida con un grado de incertidumbre.
A pesar de que el espacio en que se mueve no sigue ningún patrón conocido, el CEO busca fórmulas para vislumbrar el futuro y articular la estrategia que proporcione robustez y crecimiento a la empresa. Un crecimiento que, en parte, vendrá determinado por la ambición del CEO para definir un propósito claro que se convierta en el motor que dé sentido al desarrollo y crecimiento del negocio.
Por eso, un CEO es un soñador de aquello que quiere que la compañía sea de mayor. Y en su objetivo de alcanzar ese sueño, el CEO investiga e inspecciona los mercados, las necesidades de sus clientes, las normativas reguladoras en las que opera, conoce su competencia, su potencial económico, su equipo humano, en definitiva, toda la información relevante para diseñar un plan estratégico que indique los siguientes pasos hacia el propósito.
Ahora, ¿qué sucede cuando la disrupción en el mercado interrumpe de una forma u otra sin tregua? ¿Cómo es posible que la empresa sea capaz de seguir su estrategia y lidiar con las situaciones imprevistas?
La incertidumbre en la actualidad es demasiado continua y demasiado compleja de gestionar
El gran desafío está en cómo lograr que el negocio sea rentable a la par que se está rediseñando para tener la capacidad de flexibilidad y agilidad que el contexto requiere y, además, incorporar la innovación constante.
Es el momento de desaprender y aprender.
Es el momento de ser conscientes de que el contexto empresarial se mueve a gran velocidad con desafíos complejos que alteran el negocio y le exigen la agilidad necesaria para evitar que el impacto sea descontrolado.
Es el momento de aprender a liderar con un liderazgo disruptivo que comprende el nuevo paradigma e incorpora la innovación en el ADN de la empresa.
Una definición clara del propósito es la guía que facilitará a cualquier empresa del siglo XXI ser robusta en su estrategia y flexible en las tácticas, es decir, en la forma de actuar para lograr el propósito.
El propósito como guía empresarial
Es precisamente ahí, en el nivel táctico, donde se dan los continuos cambios que alteran el funcionamiento de la empresa. Las tácticas hay que actualizarlas constantemente en función del progreso: profesiones que se transforman, otras desaparecen o se crean nuevas profesiones; tecnologías que irrumpen con fuerza en el mercado y nos invitan a modificar o cambiar nuestros procesos, formas de relacionarnos, de trabajar; nuevas necesidades de los clientes; tendencias de los consumidores que reflejan una evolución de la sociedad, etc.
Estamos en un cambio de paradigma en el que hay que abandonar modelos de pensamiento, modelos de gestión y formas de operar que no permiten avanzar a la velocidad del progreso y la demanda actual. O sea, desaprender para volver a aprender.
Es de vital importancia para un CEO entender este cambio de paradigma y actuar en consecuencia. Reinventar y construir un nuevo modelo de gestión que le permita seguir firme en su estrategia, pero con la capacidad de ser flexibles en la adaptación de las tácticas de forma sencilla y ágil para ser operativamente sólidos. Construir un modelo de empresa líquida.
Además, en la construcción del nuevo modelo la innovación es la clave para diferenciarse y ser competitivo. Una innovación constante pues las ideas se copian tan pronto se crean y eso nos lleva a la necesidad de seguir innovando sin parar. Es decir, de incorporar la innovación constante en el modelo de gestión de la empresa.
El cambio cultural
Extender el cambio de paradigma a todas las personas de la organización es transformar la cultura de la empresa. Es crear una cultura innovadora, donde el equipo humano se sienta cómodo fuera de la zona de confort, cocreando e innovando.
El éxito de la innovación estará en la capacidad del equipo humano de cazar oportunidades e integrar la tecnología en ellas para lograr una ventaja competitiva.
El gran desafío del CEO es lidiar entre hacer sobrevivir el negocio a la par que se está innovando y rediseñando. Es inspirar e impulsar un cambio de mindset en él y en todas las personas de la organización. Es comprender el nuevo paradigma y fluir con claridad para transformar la empresa.
Vía: Canal CEO
