Las vacaciones del verano son un remanso de paz tras largos meses de actividad profesional. Aunque la agenda de un CEO no tiene límite, justamente por eso hay que ser responsables y reconocer la necesidad de un merecido descanso para poder estar en plena forma al frente de su responsabilidad.
En ocasiones, nos resistimos a tomarnos ese período vacacional, hemos aprendido a convivir con la responsabilidad de la posición y ésta se ha integrado en la persona. Desconectar parece misión imposible. Aun así, es absolutamente necesario.
Los primeros días de vacaciones aún llevamos impregnado en nuestro cuerpo el ritmo profesional. Bajar las revoluciones y comportarnos con un ritmo acorde a una actividad diferente y con otro dinamismo, sea cual sea el estilo de tus vacaciones, es en sí mismo un proceso de desconexión hasta lograr que el tiempo transcurra con el placer de saborear las sorpresas que las vacaciones te ofrecen.
La realidad es que el descanso es esencial para garantizar tu salud y bienestar
Realizar otras actividades a las habituales, romper con la rutina, cambiar de entorno, de relaciones, disfrutar del paso del tiempo sin una agenda que nos marque la siguiente actividad, encontrar el placer de invertir el tiempo en lo que en ese momento te apetece es lo que te permite encontrar un estado de calma y disfrute con el que alcanzas la desconexión.
Tus conversaciones cambian, tus pensamientos se relajan, las preocupaciones las relegas a un segundo o tercer plano, o las archivas hasta tu regreso. Observas que el tiempo sigue avanzando, no se ha parado, y lo único que ha cambiado es tu forma de estar en otro espacio, en otro lugar, en otro contexto.
Una de las grandes ventajas de esa desconexión es que te aporta una banda ancha mental, observas una situación, un problema o una idea con otras perspectivas, desde la calma y la paz mental, la claridad asoma por la ventana, la creatividad se dispara y es cuando surgen las mejores ideas.
El libro “Aquí no hay reglas” cuenta cómo Neil Hunt, Jefe de productos en Netflix, siempre que se iba de vacaciones, regresaba con una brillante idea para el negocio. Esto era la gran prueba de que es beneficioso para la empresa el descanso vacacional de los profesionales.
Dar alas a la mente
Las vacaciones, también, pueden ser un fantástico momento para reflexionar, aprender y experimentar sobre temas afines y de interés personal. En ese estado maravilloso de relax la mente es más permeable a asimilar, descubrir y encontrar enfoques distintos que te aporten nuevas ideas o conceptos en tu vida.
Al ser un periodo de ocio, las experiencias vividas durante las vacaciones, en sí mismas, pueden convertirse en una fuente de inspiración. Tu estado es diferente, relajado, abierto, predispuesto, tu nivel de sensibilidad es otro y, en consecuencia, elevas tu capacidad de percibir y captar sensaciones o algo, que en otro momento pasaría totalmente desapercibido. Algo que puede ser la chispa que despierte tu creatividad y desencadene una secuencia de ideas aparentemente interesantes. Ideas que te recomiendo anotar a buen recaudo, pues igual que llegan se van. Esta sería otra ventaja de las vacaciones.
Y, por supuesto, lo más valioso de las vacaciones es el descanso mental y, seguramente físico, que nos renueva la energía para afrontar los siguientes retos y la recta final del año. Si, además de esa energía, estado de ánimo y relajación regresas a las responsabilidades con un abanico de ideas creadas en un momento de lucidez, entonces, dispones de un recurso para lograr resultados extraordinarios.
Vía: Canal CEO