Ya no queda nada.
Dos semanas y la mayoría de nosotros estaremos con un boleto de lotería en las manos comprobando si nuestro número ha sido uno de los premiados.
Mientras, en alguna administración de lotería, alguien estará descorchando una botella de cava y celebrando que, un año más, la suerte le ha acompañado.
Muy probablemente, esa administración de lotería será La Bruja de Oro, en Sort.
No es que en Kainova nos hayamos vuelto videntes. Es que, en lo que lleva de historia, La Bruja de Oro ha repartido más de 3.207 millones de euros.
¿Y por qué nos interesa tanto esta administración en las Grandes Ideas de la Empresa Líquida? Pues por un titular que nos ha dado que pensar.
El titular, en concreto, es este:
Xavier Gabriel, el «pionero» de La Bruja de Oro que «no sabía estar en la zona de confort»
¿Sabías que esta administración de lotería, que se posicionó hace muchos años como la administración de lotería que vende más números premiados y con la mayor venta de décimos de lotería de España, es hoy «la lotería líder en Europa»?
¿Cómo han logrado tal hito?
El secreto no es otro que lo que reza el titular: su fundador no sabía estar en la zona de confort.
Cuando sales de la zona de confort, ¿a dónde vas?
El que no hace no se equivoca, y el que no se equivoca no aprende.
Salir de la zona de confort es explorar, es navegar en la incertidumbre, es buscar nuevos caminos, es equivocarte y es aprender.
La administración de Xavier Gabriel fue la primera administración de lotería en vender por Internet, en un momento en el que todos los que nos dedicábamos a la tecnología entonces, veíamos en Internet un mar de posibilidades.
Para los informáticos, este hecho fue también una constatación de que Internet no tenía límites y que absolutamente todo podría comercializarse, mostrarse y desarrollarse con esa nueva tecnología llamada Internet, era 1996.
Leer la historia de este pionero nos ha hecho recordar el pasado y observar el presente.
Aunque las tecnologías avanzan y esto ha hecho que en las últimas décadas la innovación se haya ido asociando cada vez más con la tecnología, la realidad es que la innovación está en todas partes y siempre ha existido.
Al margen de la tecnología, la innovación siempre ha tenido que ver con salirse de la zona de confort para encontrar nuevas respuestas.
Es lo que han demostrado personas como Xavier Gabriel, que se atreven a arriesgar, a probar nuevas fórmulas para llevar su idea adelante y dar a conocer su ilusión a todos los rincones posibles.
Lo maravilloso de salir de la zona de confort y atreverte a innovar es que vas a un mundo sin límites a la hora de crear posibilidades y superar desafíos que pocos (o nadie) han logrado antes.
Dos premisas imprescindibles para salir de tu zona de confort
Uno, Determinación, es decir, el convencimiento de que vas a lograr tu objetivo.
Y dos, Innovación: probar, equivocarte, aprender y no rendirte.
Veamos un poco más de cerca cada una de las premisas.
Determinación
El propio Xavier Gabriel contaba una anécdota al respecto que nos servirá para tratar este concepto.
Por lo visto, al recibir la licencia de la administración de lotería para Lleida, Xavier Gabriel le dijo a la delegada de loterías: «Vamos a ser los primeros». La delegada le preguntó entonces: «¿De Lleida?». A lo que él respondió: «No, de España».
Tras escuchar la respuesta del nuevo administrador, la delegada colgó el teléfono. Fue entonces cuando Xavier dijo: «Pues ahora lo voy a conseguir».
¡Y vaya si lo consiguió!
Tener un objetivo bien definido y claro es disponer de una guía para evaluar cada paso que das y si te estás acercando a él.
Este es uno de los grandes errores que se cometen, no definir un objetivo, simplemente observar y reaccionar.
Hace poco, un CEO nos decía: “Quiero que mi equipo regrese a la oficina, pero ellos no quieren, quieren seguir teletrabajando”. Le preguntamos: “¿Para qué quieres que regresen a la oficina?”. A lo que respondió: “Porque creo que rinden más”.
Rindan más o no, lo que sí detectamos es que su equipo no tiene objetivos claros y definidos. Aún nos basamos en percepciones: “creo que rinden más…” Si no lo mides, ¿cómo lo sabes?
No se trata de “creer” sino de “constatar” y tomar decisiones sobre esos números.
Si no tienes un objetivo claro y medible, y si no mides lo que está pasando, te auguro una determinación con exceso de flojera que acabará por desviarse del objetivo que un día tuvo su razón de ser.
Si diriges una empresa o área espero, por tu bien, que ese objetivo no tenga nada que ver con los resultados.
La determinación, además, tiene un componente mágico que carga las pilas en momentos complicados, porque le da sentido al camino que recorremos, pues existe una aspiración, un motivo que nos ilusiona para seguir avanzando.
Innovar
La innovación, como la tecnología, también vive su propia evolución.
En los últimos años ha pasado de ser algo esporádico y relegado a algunas mentes inquietas, como la de Xavier Gabriel, a ser algo imprescindible en cualquier empresa que quiera crecer de forma sostenible.
La sofisticación y complejidad actuales nos muestran que el camino desafiante que estamos recorriendo solo es posible recorrerlo con innovación constante.
¿Cómo, si no, responder a cada novedad del mercado?
En el mundo del marketing, por ejemplo, la evidencia es clara. Las campañas en redes que funcionaban hace solo cuatro años, ya no dan resultados porque la forma y contenido en que dirigirnos a nuestros potenciales clientes ha cambiado extremadamente.
Y ha sido necesario reinventar formas en que captar la atención, compartir conocimientos o usar nuevas plataformas.
En definitiva, ha sido obligatorio innovar.
En el mundo de la logística, por poner otro ejemplo muy diferente, sucede más de lo mismo. La fuerte demanda y el nivel de exigencia del cliente lo ha llevado a una transformación para reducir costes, a la digitalización de la trazabilidad del suministro, a disponer de sistemas que permitan la toma de decisiones en tiempo real, almacenes automatizados o el uso de drones en diferentes funciones.
La innovación ha dejado de ser algo esporádico para convertirse en algo que todos tenemos que aprender.
Fíjate en este otro ejemplo sencillo y claro: hoy estamos familiarizados con las web’s, pero en el año 1996 proponerle a una empresa crear una web era toda una odisea.
Lo mires por donde lo mires, ya no es posible desarrollar con éxito la actividad de tu empresa sin innovación y, en definitiva, sin aprender a salirnos de nuestra zona de confort.
Pasos previos a la innovación
Al igual que no puedes correr una maratón si antes no has aprendido a correr y dimensionar tus fuerzas para tener la resistencia de lograr esos 42 km que tienes por delante, también para innovar debes pasar por un previo que resumimos en los siguientes puntos:
- Aprender a salir de la zona de confort.
- Entender que solo ahí se pueden lograr nuevos resultados.
- Aprender que estar fuera de la zona de confort es controlar tus miedos.
- Aprender a convivir con la incertidumbre de estar en un lugar distinto al que conoces.
- Aprender a explorar una vez estás fuera de él.
- Aprender a arriesgarte sin miedo.
- Aprender que ese riesgo te trae nuevos conocimientos, técnicos y sobre ti.
Prueba, observa, registra, mejora, anota lo que no salió bien, aprende de ello.
Es así como irás aprendiendo a sentirte cómodo fuera de la zona de confort.
Y desde ahí, puedes empezar a innovar.
Innovar es un recorrido de madurez personal y profesional que disparará tu talento.
“Una persona que nunca cometió un error, nunca intentó nada nuevo.”
Albert Einstein.
Lograr que una empresa innove constantemente es lograr que tu equipo humano entienda, comprenda y desarrolle sus capacidades para aportar innovación.
Innovación que podrás acelerar trabajando con la inteligencia colectiva.